Son vecinas de Estación Juárez Celman que día a día se ponen a prueba y se esfuerzan un poco más por superar sus propias marcas en el deporte.

Lucía en atletismo, Cintia en boxeo y Luciana en tenis son cada una un ejemplo de cómo el sueño se vuelve realidad. Hoy representan a su ciudad en competencias de distinta índole y en todos los niveles

Cintia Castillo nació en el barrio Almirante Brown, al sur de la ciudad. Comenzó a practicar boxeo a los 18 años y hoy es una de las referentes más importantes del país.

Su inicio en este deporte fue la necesidad de sentirse más segura tras un asalto sufrido camino al trabajo, pero hoy es todo un estilo de vida en el que rescata especialmente la idea de superarse día a día.

El pasado viernes, en la primera noche de boxeo del año en la ciudad, ganó una vez mas arriba del ring y se prepara para las competencias que vienen mirando con optimismo el 2017.

El entrenamiento comienza a las 5 con una rutina aeróbica de una hora que realiza en la cocina de su casa, justo antes de ir a trabajar. A las 17 retira a su hija Martina de la escuela, meriendan y juegan un rato, hasta que llegan las 19 y arranca el segundo turno de dos a tres horas entrenamiento en el Gimnasio de Alto Rendimiento de la ciudad. Pero Cintia no se queja, para ella “el sacrificio es parte de lograr el sueño” y cada día es una oportunidad de ser mejor que el anterior.

“Si tenés un sueño, no hay excusas”

Se define a sí misma como “un poco cabeza dura y una convencida de que todo se puede”, cualidades que le encantan ya que son las que le permiten estar cada vez más cerca del sueño de ser campeona del mundo. “Si tenés un sueño, no hay excusas”, asegura.

Lucía Romero vive en barrio Villa Los Llanos. A los 6 años comenzó a participar de la escuela de atletismo que empezaba a gestarse en al ciudad y descubrió su pasión en las carreras. Diez años después, ya ha recorrido el país representando a su ciudad en diferentes torneos.

Su día comienza a las 5.30, cuando se levanta para ir a la escuela hasta las 16. Al salir, “derecho a entrenarse y después a idiomas”, cuenta esta inquieta joven, para quien la responsabilidad es un valor clave. Lucía se entrena todos los días, excepto los domingos, es también delegada de su curso en la escuela y nunca se llevó materias.

Todo lo que hace lo hace con una sonrisa en el rostro, y con una seriedad y un compromiso que la hacen parecer mayor.

Con sus 16 años, está segura de que el deporte es su modo de vida y al pensar en aquellos jóvenes que no encuentran el hilo de su vida, espera “que se animen, que hagan cualquier deporte, porque es sanador, puede curar lo que sea que estén sintiendo”.

Hoy sus próximos objetivos son el torneo Binacional de Chile, el Torneo Nacional Cross Country que se disputará en San Juan y el Torneo Nacional de Pista que tendrá lugar en Mendoza.

Luciana Moyano tiene 12 años, vive con sus padres y hermanos en B° Residencial Rural, en la zona oeste de la ciudad. Creció en una familia de tenistas en la que desarrolló el amor por la raqueta. Hoy es la número uno del país en su categoría y tiene un largo camino por delante.

“Luli prácticamente nació en la cancha de tenis”, cuenta su mamá, María Teresa. A pesar de no haber querido inculcarle el sacrificio y la competencia que inundan la vida de deportista, Luciana comenzó sola a pedir participar en torneos y a los 7 años tuvo su debut. Sorprendió a todos llegando a la final, pues nunca había entrenado, y allí comenzó su práctica profesional, de la mano de su hermano y profesor Matías.

“El deporte te saca de muchas cosas malas y pensamientos malos. Despierta pasión, garra”

Luli ama el tenis y es muy responsable con sus obligaciones. Además de su excelente desempeño en el tenis, es abanderada de la escuela y le gusta mucho leer, en especial historias de misterio. Sus días comienzan a las 7  en el colegio Bernardino Rivadavia, donde almuerza con sus compañeros y sale a las 14.30 lista para llegar a casa, cambiarse y entrenarse. Practica entre dos y tres horas diarias y tres veces por semana suma una más con el preparador físico.

“El deporte te saca de muchas cosas malas y pensamientos malos. Despierta pasión, garra”, asegura la mamá, y en un mensaje para los padres agrega: “Traten de inculcarle un deporte a sus hijos, cualquier deporte, que los saque del encierro de la televisión, la computadora y el celular. Lo veo no sólo en mis hijos, sino en todos los chicos que vienen al club a entrenarse, generan hábitos sanos y ese deseo de superarse permanentemente”.

María Teresa y Gustavo saben que cuentan con la buena predisposición y la mano desinteresada de la Municipalidad y agradecen el apoyo que reciben para el Rural Tenis Club y el acompañamiento a Luciana.