Daniel Carreño es un vecino de nuestra ciudad que formó parte de las tropas nacionales que participaron del Conflicto del Beagle en 1978, el desacuerdo entre Argentina y Chile sobre la determinación de la traza del territorio.
Con el sueño de defender su país y el orgullo de una persona a la que la vida no le regaló nada, Daniel estudió enfermería para poder asistir a los soldados durante la batalla. Perteneció a la Armada de la Infantería Marina y rememora con gran afecto a sus compañeros y vivencias bélicas. “Vivimos cosas que nos encadenan a una amistad entre veteranos, nos juntamos cada vez que podemos y recordamos aquellos tiempos en los que luchábamos por el bienestar de la nación”, expresó.
Daniel es padre de 5 hijos, en 1988 llegó a nuestra ciudad tras comprar un terreno en Villa Los Llanos gracias al esfuerzo de una familia que luchó siempre por el futuro de sus chicos. Actualmente se desempeña como chofer de remis y construyó su hogar en base a sacrificio y trabajo. “Aquí nacieron mis hijos y lo hemos hecho nosotros sin mano de obra externa. Con errores y aciertos, les dejo la impresión que su papá hizo todo lo que pudo por ellos”.
Miles de recuerdos se aferran a la memoria de un hombre que siente absoluto orgullo de haber sido parte de la construcción del país. “Cuando aterrizó el avión en Ezeiza era impresionante la cantidad de gente que nos daba la bienvenida con flores, carteles y regalos. Se me eriza la piel con el sólo pensar en ese mundo de gente”, recordó Daniel con la voz entrecortada y el corazón enaltecido.
Decidido y con la convicción de las personas que saben lo que dicen, el ex combatiente de nuestra ciudad dejó bien en claro su predisposición y entrega para con la patria. “Mi familia lo sabe, si mañana aparece una noticia en los medios de que tengo que viajar ni lo dudo. No llevo ropa, voy con lo puesto a defender a mi país. Ciego y seguro de lo que sé hacer”, cerró.